Sábado, 10 diciembre, nuestra Superiora General, Sor Aurora Calvo, acompañada de hermanas del consejo ha asistido en la Ciudad del Vaticano a la inauguración del Belén que, este año, ha sido donado al Papa por el pueblo quechua del Perú. Con gozo, y unidas al Santo Padre Francisco y a tantas personas venidas del Perú para este evento, hemos considerado una gracia participar de la inauguración del Belén que presidirá la Plaza de San Pedro en todas las fiestas natalicias.
Para Perú, que está celebrando los 200 años de independencia, y también para nosotras, que siempre hemos querido, valorado y apoyado a los pueblos indígenas por su riqueza cultural y por su dignidad en el contexto de los pueblos del mundo, ha sido un momento de acción de gracias a Dios asistir a la inauguración. El Belén de los Andes representa la llamada universal a la salvación. Proviene del pueblo denominado Chopcca en el Departamento de Huancavelica (Perú).
Los pueblos indígenas aportan el misterio del contacto con la tierra virgen y la espiritualidad de la misma tierra que tanto tiene que ver con el misterio de la encarnación. Jesús vino a la tierra, ha dicho el Papa, en la concreción de un pueblo para salvar a todo hombre y mujer, de todas las culturas y nacionalidades.
Por otra parte, el árbol de Navidad, que se enciende cada año al lado del Belén en la plaza de San Pedro, este año proviene del Trentino. Es signo de Cristo que brilla con la luz del amor, y que sigue brillando en las noches del mundo. Al presentarlo, el Obispo de esa Diócesis, ha recalcado que este árbol ha sobrevivido a las dos guerras mundiales y que representa a todos los emigrantes que se fueron de Italia a otras tierras para buscar mejor vida. Hoy, decía el Sr. Obispo, queremos recoger bajo las ramas de este árbol, a todos los emigrantes que llegan a Italia y darles cobijo y acogida. Otros árboles, cuando hemos tallado este, han empezado a emerger. Lo que representa los nuevos rostros que vendrán a Italia para formar parte de nuestro pueblo.
Tanto la Superiora general, Sor Aurora Calvo, como las hermanas del consejo han tenido gran alegría de participar de la simbología de este evento que nos hace recordar y renovar nuestro carisma.