UNA SONRISA AL SERVICIO DEL EVANGELIO
Todo huele a vida, evangelio, carisma y entrega incondicional a Jesucristo Redentor al celebrar las bodas de plata de Pili, hermana mercedaria de la caridad. Alabamos, bendecimos y damos gracias a Dios, por su vida y por toda su dedicación apostólica en el campo de la educación. Sin duda que, todos los días vividos desde su profesión hasta hoy, han sido una confesión de Amor a Jesucristo Redentor, a ejemplo de María, peregrinando por los caminos de nuestra historia, ha ido dejando con su sonrisa testimonio de fidelidad y de felicidad por ser pertenencia de Dios y por haber sido llamada, por gracia, a llevar los frutos de la redención hasta los confines de la tierra. Pili, en este día canta, como ha cantado siempre, la fidelidad de un Dios que la ha colmado de vida, alegría, bendiciones y una gran esperanza. Por eso, y por tantas cosas, hoy es un día de fiesta para ella y la Congregación, un día de acción de gracias.